Inicio

jueves, 17 de julio de 2014

Fotoperiodismo: la cara y la cruz de una realidad

"El fotógrafo fotografía con pasión y el editor edita con frialdad" 

Esta frase, cogida de un maravilloso documental sobre fotoperiodismo "No me llames fotógrafo de guerras" (retransmitido por Canal+) me hizo entender el punto de vista tan diferente que tenemos los que miramos una fotografía como meros espectadores con respecto al fotógrafo que la ha hecho. 

Quien no recuerda a Kevin Carter? Ganador del premio Pulitzer 1993 por la fotografía de una niña supuestamente moribunda observada por un buitre a la espera de su supuesta muerte. 




Y digo "supuestamente", porque ninguno de nosotros, salvo el mismo Kevin Carter, sabe lo que ocurrió exactamente en esa región de Ayod, al sur de Sudán. Agonizaba esa niña o yacía moribunda? Estaba sola, aparentemente abandonada a su suerte, en ese paraje desolador? No había nadie a su alrededor? O el fotógrafo quiso captar sólo parte de la escena? Sabemos con certeza que es una niña? Son tantas las preguntas que nos podemos hacer sobre esta y muchas fotografías y es tan subjetivo lo que vemos, que nunca podremos afirmar a ciencia cierta que lo que vemos en una foto ocurrió realmente como parece contarnos la imagen. 


“La fotografía es, antes que nada, una manera de mirar. No es la mirada misma.”
Susan Sontag
Esta foto fue el centro de muchas polémicas. Una de las preguntas que más se hicieron y por la que más se criticó a Kevin Carter fue, por qué no ayudó a esa niña en vez de  quedarse quieto e inmóvil, esperando el momento perfecto para captar esa escena tan dura? No creo que nadie que presencie esa realidad pueda inmortalizarla sin que le quede una herida en el corazón y sin que el recuerdo de esa imagen le acompañe el resto de su vida. Nada volverá a ser como antes, después de fotografiar y ser testigo de una realidad tan terrible. Pero ahí estaba él y logró una imagen, que bien le sirvió para ganar uno de lo mayores premios a los que puede aspirar un fotógrafo y que removió la conciencia de muchos de nosotros. 

Le he dado muchas vueltas a este tema y he leído varios artículos sobre lo que pudo o no pudo haber pasado en ese campamento al sur de Sudán. Por supuesto mi intención con este artículo no es entrar en polémica ni tan siquiera analizar el momento en cuestión, lo que quiero hacer ver es que nada es lo que parece ser. Seguramente que si Carter hubiese abierto más el enfoque y hubiese sacado el campamento o feed-center (centro de alimentación de la ONU), con gente deambulando a su alrededor, el análisis que se hubiese hecho de esta fotografía habría sido bien diferente. 
Donde empieza y donde acaba la moral de un fotógrafo que tiene como labor enseñar al mundo la dura realidad que viven ciertos países? Estos fotógrafos que se ganan un prestigio inmortalizando momentos tan dramáticos como la muerte de una persona, la desolación de un niño o la desesperación de un país? Supongo que para ellos les será complicado aceptar y ver como sus carreras sube como la espuma enseñando las miserias de los demás. 
Estas palabras no pretenden ser una crítica ni hacer un juicio, simplemente son un punto de vista muy personal de ésta la que escribe. 

Para que veáis a lo que me refiero y lo analicéis vosotros mismos, os dejo algunas imágenes de grandes fotógrafos premios Pulitzer, bien merecidos por su trabajo, pero, para mi, un premio que lleva implícito una carga emocional muy importante. Y mi pregunta, les merecerá la pena cargar con esa mochila tan pesada? 
Pondré sólo algunas de las fotos, pero os invito a que echéis un vistazo a las fotografías que han ganado premios Pulitzer desde 1942 (año en el que se concedió el primer premio a la mejor fotografía de prensa) hasta hoy. Os daréis cuenta de como han cambiado las prioridades referente a las noticias que se quieren dar.

Una de las fotografías de Tyler Hicks perteneciente a su trabajo sobre el atentado de Kenia, premiado con el Pulitzer 2014

La imagen ganadora del premio Pulitzer de Fotografía 2013: un hombre sirio llora sobre el cuerpo de su hijo cerca del hospital de Aleppo, en Siria (octubre 2012) / fotógrafo español MANU BRABO (AP)

Premio Pulitzer de Fotografía 1995: Otorgado para el Staff de Associated Press por su serie sobre la realidad en Ruanda

Premio Pulitzer de Fotografía 1989: Otorgado a Ron Olshwanger, fotógrafo freelance por la foto de un bombero reanimando a un niño rescatado de un incendio

Premio Pulitzer de Fotografía 1984: Las consecuencias de la guerra, serie de fotos de Stan Grossfeld

Premio Pulitzer de Fotografía 1976: un incendio en Boston, tomada por Stanley Forman para el Boston Herald American

Premio Pulitzer de Fotografía 1973: unos niños escapan de las bombas de Napalm, tomada por Huynh Cong

Estas son algunas de las fotografías que más me han impactado negativamente. Es verdad que el porcentaje de Pulitzer para fotografías que enseñan tragedias es mayor que para fotografías que despiertan ternura o simplemente informan, sin añadirle un ápice de dramatismo, pero de estas hay bien pocas. 
Si os he dejado con la intriga no dejéis de investigar y de echarle un vistazo al resto de premios, merece la pena! 

No quiero terminar sin comentarles el artículo que leí con referencia a la fotografía de Kevin Carter: 


Carter no se suicidó por esta foto
LOS PERIODISTAS españoles que hicieron otra instantánea donde Carter captó la foto que le valió el Pulitzer desmontan la leyenda negra. La niña no agonizaba, defecaba. El fotógrafo espantó luego al buitre. Por José M. Arenzana y Luis Davilla

Este artículo lo publicó el diario elmundo.es. Aquí os dejo el enlace por si queréis leer el artículo completo. Creo que es importante investigar y saber un poco más sobre este y otros temas, la primera impresión no siempre es la verdadera. 
http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2007/595/1174777207.html

Espero que os haya gustado!

Un abrazo y hasta el próximo jueves

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo con lo que comentas, Sonia, es difícil posicionarse con respecto al fotoperiodismo, cuánto es noticia y cuánto es morbo. También hace pensar que los grandes premios en fotografía estén destinados a fotos que muestran situaciones dramáticas que conmueven, desde mi punto de vista, de forma insana.
    Yo preferiría premiar una fotografía que me emocionara por su ternura, calidez y esperanza. Es fácil hacer llorar a una persona llegando con la tristeza y la pena; es mágico emocionarla consiguiendo una sonrisa irrefrenable a través de una fotografía.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Totalmente de acuerdo Cristina, ese era realmente el mensaje que quería dar con este artículo. Me impresionó ver que las fotografías que habían ganado grandes premios a la fotografía de prensa, eran imágenes que mostraban dolor y miseria. Donde queda esa imagen tierna, premio Pulitzer 1944, donde un soldado vuelve a abrazar a su familia tras la segunda guerra mundial? O el de 1968 para Rocco Morabito por una imagen de un beso titulada "The miss of life"? A eso me refería, que si mostráramos más paz, seguramente daríamos más amor!

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario!!