Seguramente muchos de vosotros os habréis preguntado alguna vez si el trabajo que hacéis es valioso, si merece la pena enseñarlo al mundo o si sería mejor guardarlo como un gran tesoro. Quizás para no escuchar las críticas o simplemente porque os importa bien poco la opinión del resto de los mortales.
Sin embargo más de una vez hemos descubierto obras de autores maravillosos que no vieron la luz y que tristemente murieron en el absoluto anonimato. Y es en ese preciso instante, observando esa fotografía, admirando ese cuadro, escuchando esa increíble melodía cuando lamentas y te entristece pensar que el autor, una persona capaz de crear esa obra maestra, no haya sido descubierto antes, no haya podido disfrutar de los logros y no haya recibido el justo y merecido reconocimiento por su trabajo.
Es eso lo que quieres para ti?
Antes de explicarles el por qué de la elección de este tema me gustaría hablarles de Vivian Maier, la fotógrafa invisible. Maier, francesa de nacimiento, era una aficionada a la fotografía como muchos de nosotros. Vivió entre Francia y Estados Unidos y finalmente se instaló en Chicago donde trabajaba de niñera para ganarse la vida y en sus ratos libres salía a la calle a captar escenas callejeras de Chicago y también de Nueva York. Por aquel entonces Maier, una mujer extrovertida y amante de su trabajo como niñera, hacía fotografías que no mostraba a nadie, las hacía por amor, amor a la fotografía. Eran su gran tesoro!
Ya anciana se vio en la calle y sin poder pagar el alquiler del almacén donde guardaba en arcones, baúles y cajones 120.000 negativos y más de 2.000 películas sin revelar. Su obra vio la luz cuando el almacén se subastó por impagos y John Maloof, un contable de Chicago, tuvo la gran fortuna de comprarlo sin saber que ese cuartucho, aparentemente normal, guardaba con recelo miles de historias en unos baúles antiguos y mugrientos.
Cómo os podréis imaginar, al descubrir esta historia no he podido dejarla pasar. Personas como Vivian Maier nos dan una lección de lo que es amar lo que haces sin esperar nada a cambio, vivir y disfrutar del momento sin importar el como, el cuando, el por que, ni para qué. Probablemente hacía estas fotos para ella, eran su regalo, aunque cuando veo su trabajo no hago más que pensar "qué lástima que no haya podido disfrutar nuestra emoción al ver sus fotografías".
Y esta historia me lleva a la razón por la que he escogido este tema para hoy y que me gustaría compartir con vosotros.
Hace unos días empecé un curso online y he quedado impresionada con la cantidad de gente creativa que estoy conociendo, hay miles, millones de ideas corriendo por la red, agolpándose y queriendo ser escuchadas. No has acabado de leer un comentario, un consejo, un mensaje de ánimo y aparecen 10 más, mensajes de personas que no te conocen pero que sienten una empatía tan profunda contigo, que a veces te hace añorarla de la gente que tienes al rededor. Sinceramente estoy entusiasmada y pienso "que lujo poder compartir y desgranar tus ideas en compañía, que suerte poder conocer a tanta gente especial, gente que aunque estén al otro lado del charco te comprenden perfectamente y tienen las mismas dudas y las mismas inquietudes que tú". Seguro que tenemos los mismos sueños, que a veces han creído estar locas y fuera de lugar, se habrán sentido incomprendidas, viviendo en un mundo de cordura fingida, bailando en un mundo de colores, proyectos e ideas llenas de vida, creando, disfrutando y sobretodo haciendo que los demás disfruten también tanto o más que ellas.
Se imaginan que toda esta creatividad, toda esta energía, toda esta sabiduría, en resumen, toda esta belleza se perdiera porque no lo compartieran, que no nos dieran la oportunidad de conocer a tanta gente hermosa que te aporta más de lo que a veces puedes aportar tu, que nuestros proyectos no fueran vistos por otros ojos más que los nuestros, en definitiva, que fuéramos invisible?
Y preguntando en positivo, no les parece increíble llegar a tanta gente maravillosa sin moverte de tu casa, sentada en tu mesa de estudio con un té mañanero, o en la cama 10 minutos antes de contarle a tu almohada tus sueños o en el sofá disfrutando de una tarde contigo misma? A mi personalmente me parece espectacular y me gustaría dedicarles a ellas (y él, hay un chico valiente entre tanta mujer, aunque quizás un poco asustado con tanta efusividad femenina ;) esta entrada del blog. A esas artistas que te prestan sus consejos y te tienden una mano, ellas que te hacen ir a la cama por las noches como si fueras a la fiesta de graduación, esperando que amanezca para poder compartir todas las ideas que te rondan la cabeza, ellas que buscan un hueco en su día a día para leer y visitar tus redes sociales para apoyarte, que escuchan opiniones y te dan soluciones.
A ellas, al grupo memorables 2, al grupo fotógrafas memorables, a Mayi Carles por su maravilloso curso y su entusiasmo que contagia y a Jackie Rueda y sus cursos por conseguir juntar a tanta gente creativa y hermosa y a ti por estar ahí leyendo esta entrada en el blog que he escrito con tantísimo cariño.
Da igual a que te dediques o cual sea tu hobby, si haces patchwork, si te gusta la fotografía, si eres la mejor cuenta cuentos del vecindario, si haces los mejores cupcakes de la familia, si disfrutas con las flores y tienes un jardín hermoso, si lo que te apasiona es recortar y pegar papeles y decorar libretas, o si lo que te hace feliz es sacar a pasear a los perros de otros, da igual, compártelo, ama lo que haces, disfruta con ello, se auténtico, sé tu mismo y como muy bien dijo Cindy Sherman, sólo entonces tu trabajo se convertirá en arte. Hazlo, pero no prives al mundo de poder contemplarlo y celebrarlo contigo. No me prives de conocerte!
Un abrazo y hasta dentro de 15 días!!
